HASEL PROTESTAS.
EFE.-Los graves altercados de anoche en Barcelona tras una manifestación de apoyo al rapero Pablo Hasel, en los que se prendió fuego a oficinas bancarias y a un vehículo de la Guardia Urbana con un agente en su interior, suponen un «salto cualitativo» en la violencia de estas protestas que se debe cortar «antes de que se vaya de las manos», han coincidido hoy políticos y empresarios.
El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha mostrado hoy su preocupación tras constatar que en los últimos días se está viendo «una violencia desbocada e inaudita» entre los alborotadores que actúan en Cataluña, y ha advertido de que «ahora estaríamos hablando de un muerto» si anoche llega a explotar la furgoneta de la Guardia Urbana a la que se prendió fuego en la Rambla de Barcelona.
«El momento es de dificultad extrema y requiere de paz, tranquilidad y dejar que la policía haga su trabajo», ha señalado el conseller, que ha rechazado que se pueda aceptar la pretensión de la CUP de disolver a la unidad antidisturbios de los Mossos. «Para mí no es negociable», ha aseverado.
Con la intención de contener esta creciente violencia, está previsto que mañana se reúnan el propio Sàmper con el vicepresidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que hoy se ha desplazado hasta la comisaria de la Guardia Urbana atacada ayer para expresar su apoyo a los agentes.
Ha explicado también que el agente que se hallaba dentro de la furgoneta cuando fue incendiada «se encuentra perfectamente», y que la situación se pudo contener «rápidamente» gracias a la actuación conjunta de los agentes de la Urbana y de los de Mossos, evitando así tener que lamentar «males mayores» al poner en «peligro la vida» de un agente.
Salvador Illa, PSC, ha asegurado este domingo que «quien no condene explícitamente la violencia y no dé apoyo sin fisuras a los Mossos y a las fuerzas de seguridad está inhabilitado para gobernar» en Cataluña.
Illa ha reclamado el fin de la violencia que se está viviendo en Barcelona y otras poblaciones catalanas, y ha advertido que «corremos el riesgo de que se nos escape de las manos si no actuamos con la debida contundencia».
También ha exigido más firmeza ante estos actos el presidente del grupo de Ciudadanos (C’s) en el Parlament, Carlos Carrizosa, que ha acusado al Govern en funciones de actuar con «pasividad» ante la violencia que se está viendo estos días en las calles de Barcelona y otras poblaciones catalanas, y ha anunciado que se plantea pedir responsabilidades penales por ello.
Pablo Montesinos, vicesecretario de Comunicación del PP, ha reclamado este domingo que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, convoque de urgencia la Junta de Seguridad de Cataluña porque lo que está ocurriendo en Barcelona es «terrorismo callejero».
Luis Sans, presidente de la Asociación de Comerciantes del Paseo de Gracia, entidad que agrupa a unos 180 establecimientos de esta emblemática vía, ha dicho que «el asalto a un cuartel» marca un antes y un después, pues es una acción que no se ha visto hasta ahora en ninguno de los disturbios registrados en otras ciudades europeas y que supone «un riesgo de que el país se nos vaya de las manos».
Nunca se había dado el asalto a una comisaría de la policía, ni en los disturbios de París ni en los de Eindhoven de hace un mes. En ningún sitio de Europa se ha atacado una comisaría. Aquí ya llevamos la comisaría de Vic de los Mossos -el pasado 16 de febrero- y, anoche, la de Barcelona», de la Guardia Urbana.
Catorce personas fueron detenidas anoche en los incidentes registrados en Barcelona, en los que resultaron heridos leves seis agentes de los Mossos, según el último balance hecho hoy por la policía catalana y los servicios de emergencias, que atendieron a otras cinco personas con heridas leves y menos graves.
Uno de los detenidos está vinculado presuntamente con el fuego que afectó a la furgoneta de la Guardia Urbana.