EFE.- La inflación se ha desbocado en 2021 hasta convertirse por sorpresa en uno de los grandes protagonistas del año tanto en España como la Unión Europea (UE), un fenómeno a priori transitorio y estrechamente vinculado al encarecimiento de la energía pero que ya perjudica el ritmo de la recuperación económica.
La subida de precios preocupa, y los bancos centrales han empezado a reaccionar para intentar contenerla con el objetivo de frenar su escalada sin perjudicar el crecimiento: el Banco de Inglaterra y el de Noruega han subido los tipos de interés, y el Banco Central Europeo (BCE) ha confirmado que irá retirando los estímulos en 2022.
Este fuerte repunte no aparecía en las previsiones de la mayoría de analistas y organismos oficiales de hace justo un año, sino más bien todo lo contrario, ya que entonces se debatía sobre los efectos perniciosos de la baja inflación, incluso con tasas negativas.
España es uno de los ejemplos más paradigmáticos del continente europeo, con una inflación media que cerrará el ejercicio en el entorno del 3 % de media debido sobre todo a su condición de «isla energética», dependiente de las importaciones.
Estas cifras récord -no se veía algo similar desde hace tres décadas- contrastan con las que se manejaban en diciembre de 2020, cuando las proyecciones del Gobierno, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) coincidían en apuntar a una tasa del entorno del 0,8-0,9 %.
El desfase entre las estimaciones de un año y otro se repite en el caso de la UE, aunque de menor magnitud: la Comisión Europea auguraba una inflación del 1,3 % para el actual ejercicio y su cálculo más reciente la eleva hasta el 2,6 %.
Los expertos señalan que en este alza de precios confluyen dos causas: una demanda creciente de bienes y servicios debido a una recuperación económica acelerada y una oferta incapaz de aumentar al mismo ritmo, afectada además por la crisis de suministros a escala global.
La energía, clave
«La inflación ha sido el invitado sorpresa de este año», reconoce en declaraciones a EFE el director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas, Raymond Torres, quien recuerda que las primeras señales fueron los problemas de suministro de semiconductores y metales, y el colapso del transporte marítimo.
Esos «cuellos de botella» se trasladaron a otros recursos naturales y llegaron a la energía, un sector todavía en plena transición.
«Se ha juntado la desinversión en energías fósiles por motivos medioambientales con que en renovables sube la inversión pero la tecnología todavía no permite hacer frente a las puntas de demanda», argumenta.
Los precios disparados de la energía implican un aumento de la factura de la luz tanto para particulares como empresas, y aunque por ahora las subidas no se han extendido a todos los productos por igual, ya se observa cierta tendencia al «contagio».
La fuerte demanda de bienes duraderos mantiene la inflación desbocada en EE.UU.
La fuerte demanda de bienes duraderos en EE.UU., consecuencia del aumento del ahorro en las familias por las políticas de estímulo fiscal y de la reducción del gasto en servicios, es la principal causa detrás de la elevada inflación en el país, la más alta en casi cuarenta años.
Pese a que la subida de los precios responde a múltiples factores, muchos de ellos entrelazados, los economistas consultados por Efe coincidieron en señalar que el principal detonante es la demanda de bienes por parte de los consumidores, que a su vez repercute en la crisis de suministros y la escasez de oferta y mano de obra.
Francia rebaja su previsión de crecimiento para 2022 y sube la de 2023
El Banco de Francia anunció este domingo una ligera reducción de sus previsiones de crecimiento del PIB para el año próximo, que sería del 3,6 % en lugar del 3,7 %, aunque aumentó la de 2023 al 2,2 %, frente al 1,9 % consignado hasta ahora.
El emisor francés mantuvo la previsión para este año, que cerrará con un fuerte incremento del 6,7 % del producto interior bruto (PIB) tras la contracción del 8 % de 2020 debido a la pandemia, según avanza en su último análisis macroeconómico, divulgado hoy.
La inflación azota a Latinoamérica y reaviva los fantasmas de viejas crisis
La inflación ha azotado a Latinoamérica en 2021 como a ninguna otra región, lo que ha dejado a sus economías más grandes, Brasil y México, con sus tasas más altas en años, y ha agudizado los antiguos problemas de precios en países como Argentina.
América Latina cerrará el año como la región con mayor aumento de precios del mundo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en sus últimas proyecciones estimó una inflación regional del 9,3 % en 2021 y de 7,8 % en 2022.