Madrid, 6 ene (EFE).- Ni la lluvia ni la recomendación de seguir por televisión la Cabalgata de Reyes ha impedido que este miércoles miles de madrileños se hayan acercado al centro de Madrid para ver el regreso de Melchor, Gaspar y Baltasar que, guiados por la temática de la astronomía, han alabado el cielo de la capital y a sus infatigables niños.
El ‘Auto de los Reyes Magos’, la obra teatral más antigua (siglo XII) que se conserva en lengua castellana, ha sido el hilo conductor del desfile, marcando así con el mundo de la astronomía y la sabiduría tanto las carrozas (no patrocinadas) como la indumentaria o el discurso pronunciado a tres voces por Melchor, Gaspar y Baltasar ante un nutrido grupo de personas congregadas en Cibeles.
Los tres han hablado tras el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, que, acompañado por diferentes miembros de la corporación municipal, ha pedido a Sus Majestades de Oriente que la lluvia caída esta tarde retorne a la mañana siguiente en un «diluvio de regalos» para que ningún niño de Madrid se quede sin presentes, porque «todos han sido buenísimos».
El primero en hablar tras el regidor ha sido Melchor, que ha explicado que la sabiduría de los tres viene de la “curiosidad”, la misma que les hizo seguir un cometa que sabían -ha afirmado el rey- que les llevaría a un momento “inolvidable” y que cambió el mundo, “el nacimiento del niño Jesús”.
“Ese cometa (…) nos ha guiado al cielo más hermoso del mundo, el cielo de Madrid”, ha indicado el mago, mientras su compañero Gaspar ha destacado lo “maravillosa: dinámica, acogedora y alegre” que es la ciudad de Madrid y ha asegurado que aunque hemos vivido tiempos difíciles y todavía hay que ser “cautos”, con la alegría de todos “llegaremos hasta el final del camino” como sus majestades lo han hecho desde tan lejos.
Finalmente, Baltasar ha subrayado, como botánico que es, la importancia de cuidar la naturaleza y el planeta, y tras esto han regalado a los niños de Madrid tres luces que nunca les deben faltar en la vida: «ilusión», «curiosidad» y «fantasía».
UNA MULTITUD SE CONGREGA BAJO LA LLUVIA
Pese a las recomendaciones del consistorio de no acudir sin una de las 7.000 entradas en gradas que se acabaron en prácticamente diez minutos, y pese a la lluvia que casi no ha cesado en las dos horas de evento, hileras de personas se han apostado en las vallas de ambos lados del paseo de la Castellana, a veces ocupando solo una fila, y en otros, como Rubén Darío y Colón, el número de asistentes era más que notable.
También había ristras de personas, menos vistosas en algunos tramos, en las vallas frente a las gradas reservadas, la mayoría con paraguas que este año no han servido para hacerse con el mayor número de caramelos posible -alguno por error ha caído- sino para refugiarse del temporal, y tampoco han faltado escaleras para no perderse un detalle.
La valoración del Ayuntamiento de Madrid trasladada a los medios es que la cabalgata se ha desarrollado «con normalidad y acorde al programa previsto».
«Durante todo el desfile no se han apreciado aglomeraciones reseñables en el entorno de la Castellana. Se han seguido las recomendaciones de no acudir si no tenían entradas, aunque sí han acudido grupos de personas a las zonas de las vallas. El tiempo y los paraguas han ayudado a que no se acumulara la gente en los puntos principales», han dicho fuentes municipales.
Algunos de los congregados consultados por Efe han dicho no haberse enterado del llamamiento de seguir el desfile por televisión, y otros alegan que era una recomendación, no una prohibición, y que «no se puede poner puertas al campo».
De los primeros es Pablo, que viene “pese a la lluvia” con sus hijos Jorge, Jaime y Pilar, y afirma que no sabía que había que sacar entradas, “es la primera noticia”, por lo que ha acudido “como todos los años” a ver a los Reyes.
“Con mucha ilusión pero hartos de la espera que llevamos una hora aquí”, comenta el hombre, que tampoco se había enterado muy bien de la hora de comienzo de la cabalgata, así que sus pequeños ya están ansiosos de ver sus majestades, que creen que este año acudirán con “mascarilla”, pronostica Jorge.
Francisca y Gema son de las segundas y hablan como portavoces de varias familias que han llegado de municipios del sur juntas, una tradición que este año tampoco se han querido perder.
«Con lluvia, con nieve, venimos a ver a los reyes», dicen eufóricas, al tiempo que explican que intentaron hacerse con asientos, y aunque no lo consiguieron, «es imposible no venir».
«Y aunque recomendaban» desde el Ayuntamiento no acercarse sin entradas «no ponía prohibido», añaden Francisca y Gema.
«Entonces dijimos con cuidado pero vamos. Con todos los niños», un nutrido grupo de más de una decena que se apoyan con ellas en una cerca.
Así, son muchos los que no se han querido perder esta tradicional procesión en la que han sonado villancicos, música autóctona de los lugares de origen de Sus Majestades de Oriente y gritos de niños y mayores, sobre todo, con el colofón final: un espectáculo pirotécnico que ha iluminado el tan nombrado cielo de Madrid con ‘Our Destiny’ de Tomas Bergenshen como banda sonora. EFE