EFE.- España se mantiene en nivel alto de alerta por contagios de coronavirus, tras una semana en la que la incidencia ha repuntado levemente -de 430 hasta los 445 casos-, pero sigue entre los países europeos con menor trasmisión, muy por debajo de la media que ronda los 1.500 casos y de vecinos como Portugal (1.353), Francia (1.224), Italia (1.112) y Reino Unido (1.245) o Alemania (3.176).
Según los informes del Ministerio de Sanidad sobre la situación epidemiológica, España ha registrado un descenso en su última oleada covid mucho más acusado que gran parte de los países europeos, ya que rozó los 3.400 casos a mediados de enero y a partir de ahí fue cayendo la incidencia, un 80 % en cuestión de mes y medio.
En gran parte del entorno europeo la situación ha bajado de forma algo más ralentizada y los países aún se encuentran con altos niveles de trasmisión, según los datos que recoge Sanidad de estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
El viernes el ECDC comunicó que la media de la incidencia en Europa ha aumentado, después de varias semanas de caída sostenida, en un 4,6 % hasta los 1.565 casos (con un repunte del 9,1 % en colectivos con más riesgo como los mayores de 65 años) y con aumentos de transmisión en 14 países, en un contexto en el que varios han reducido el número de pruebas de detección.
Entre los países con la incidencia aún disparada figuran los Países Bajos (4.991), Alemania (3.176), Austria (5.966) o Suiza (4.065).
A medida que ha perdido fuerza la oleada ómicron, gran parte de los socios comunitarios, con incidencias aún elevadas pero con normalización en los indicadores hospitalarios, han ido levantando sus restricciones y eliminando el uso obligatorio de las mascarillas en interiores.
En nuestro entorno, Francia , con una media diaria de 130.000 y una incidencia por encima de los mil puntos, ha rescindido desde esta semana la mascarilla en interiores tras más de un año y medio, con algunas excepciones como los transportes públicos, los centros sanitarios o las residencias de ancianos.
En el Reino Unido la mascarilla ya no es obligatoria prácticamente en ningún sitio y solo se recomienda en espacios cerrados como el transporte público, comercios u hospitales