EFE.- Aunque pensemos que siempre han estado ahí, los libros tal y como los conocemos, y cuyo día grande celebramos hoy, no han estado siempre, sino que no fue hasta 1472 cuando España comenzó a ver cómo estas letras se imprimían en vez de ser copiadas a mano. Y comenzó así una nueva era para el conocimiento y el placer
La escritura, la base de todo libro, tiene su origen en una «necesidad» del ser humano para comunicarse, y por eso, si el hombre no la hubiera inventado «no seríamos los mismos», ha expresado a Efe Ana Santos, la directora de la Biblioteca Nacional de España, el paraíso donde descansan más de 34 millones de piezas (libros, folletos, revistas, diarios, impresos antiguos, incunables o manuscritos y registros sonoros y audiovisuales).
Y no seríamos lo que somos porque con el nacimiento del libro impreso, cuyos grandes impulsores en España fueron los Reyes Católicos, permitió, entre otras muchas cosas, que los estudiantes dejaron de copiar a mano los textos que debían aprender, se conservaran los textos jurídicos o médicos, y, casi dos siglos después, en 1605, Miguel de Cervantes pudo tocar con sus manos su mayor creación, «El Quijote».
También se imprimieron en España otros libros que ayudaron a que en España nos llegaran textos revolucionarios como fue «De las mujeres ilustres«, de Giovanni Boccaccio, la primera biografía dedicada exclusivamente a las mujeres donde se recogía la vida de 106 ilustres y que se puede ver actualmente en la BNE.
Una obra que imprimió en Zaragoza en 1494 el impresor alemán Pablo Hurus, a quien Santo ha calificado de «visionario».
Otra de las muestras de lo que el nacimiento del libro impreso ha hecho por la humanidad la tenemos en «Repetición de amores. Arte de ajedrez», de Luis Ramírez de Lucena (1465-1530) y que fue impreso por Juan de Porras en Salamanca en 1497, por lo que el aprendizaje de este deporte pudo llegar a mucha población.
El Día Internacional del Libro es una conmemoración celebrada cada 23 de abril a nivel mundial con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
Desde 1988, es una celebración internacional promovida por la UNESCO.
Eso sí, para hablar de los libros no solo hay que centrar el objetivo en el escritor, como demuestra esta información, sino también en esos hombres, en su mayoría dada la época, que decidieron publicar estas obras tan avanzadas en el pensamiento de esos siglos.
Así lo pone de manifiesto la directora de la BNE, quien pone el foco en figuras como el humanista e impresor italiano Aldo Manucio, quien trajo «saberes de otra cultura» ya que se empeñó en evitar que las obras de la literatura griega se perdieran no solo en la memoria, sino físicamente.
«Este tipo de editores humanistas es el que tenemos que seguir intentando tener porque son los que aportan el pensamiento crítico y no piensan en las tiradas», ha aseverado sobre este eslabón de la cadena del libro que son «necesarios» por su trabajo «intelectual» para la sociedad.
Y para muestra un botón, lo que sucedió con el Premio Nobel de Literatura 2021, el tanzano Abdulrazak Gurnah, un escritor cuya obra pasó desapercibida en España hace casi veinte años, cuando la editora Julieta Lunatti publicó en español «En la orilla», al considerar, según recordó a Efe cuando se alzó con el galardón, que era un «fuera de serie».
Que el sector del libro es una cadena es una verdad absoluta que hay que seguir cultivando, así que en este Día del Libro escritores, editores, impresores, libreros y lectores deben ser reconocidos al comprar estos objetos que son ventanas abiertas a espacios donde poder ser un poco más feliz.
LA IMPORTANCIA DE SAN JORDI EN CATLUÑA
La festividad de San Jordi es un día que se celebra con mucho entusiasmo en las calles, ciudades y pueblos de la comunidad catalana. Se trata de una festividad que coincide con la celebración del Día del Libro, donde abundan los puestos de venta de libros y rosas como tradición. Además, se llama San Jorge por la conmemoración del patrón de Cataluña.
No solo eso, sino que también encontrarás en las ciudades catalanas las sardanas, que son los bailes típicos de la localidad o los castells (torres humanas). un día para cantar a la vida y al amor en la calle, con actos musicales y teatrales que te hacen revivir la famosa leyenda de San Jordi.
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo en Montblanc (Tarragona) vivía un feroz dragón que atemorizaba al pueblo. Los habitantes decidieron calmar su furia, dándole de comer a una persona al día que se elegía por sorteo. Cuando le toco a la princesa, un caballero llamado Jorge fue a su rescate.
El héroe con una brillante armadura y caballo blanco, atravesó al dragón con su espada, liberando a la princesa y a los ciudadanos.
De la sangre del dragón brotó un rosal con las rosas más rojas que jamás se habían visto y San Jorge, arrancó una rosa y se la ofreció a la princesa, quien le dio, a cambio, un libro en señal de agradecimiento.