Madrid, 4 jun (EFE).- La labor de Margaret Michaelis y Kati Horna, fotógrafas que retrataron la Cataluña y el Aragón anarquistas entre 1936 y 1938 y cuya obra se creía destruida durante la dictadura, protagoniza «Las cajas de Amsterdam», una de las exposiciones de PhotoEspaña.
Estas fotografías fueron encontradas en 2016 durante la clasificación de 48 cajones de madera del Instituto Internacional de Historia Social de Amsterdam, adonde fueron trasladados en enero 1939 por los anarquistas que buscaban preservar su memoria ante una derrota inminente.
La muestra, expuesta en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, es una de las que PhotoEspaña inaugura este viernes, junto con «Híbridos», un recorrido por «la labor cargada de conciencia social» de once jóvenes en distintos soportes, y «Fotografía pública. Los años 60», un barrido histórico a través de la década en la que se produce la eclosión de la revista y se ensalza la creciente figura del fotógrafo.
La comisaria de «Las cajas de Amsterdam», Almudena Rubio, ha destacado que las fotografías de Michaelis y Horna poseen un valor particular al tratarse del testimonio que dos mujeres extranjeras y judías brindaron de la España anarcosindicalista desde las Oficinas de Propaganda Exterior de la CNT-FAI.
Con su trabajo, dejaron testimonios de escenas del período histórico que atravesaba España, como las tareas de abastecimiento de los sindicatos, la expropiación de iglesias, labores de campo como la vendimia e incluso momentos en la retaguardia de la Guerra Civil.
A pesar de que las tomas documentan solo tres años, Rubio encuentra un contraste entre la labor de ambas fotógrafas: mientras Michaelis, asentada en Barcelona desde 1933, retrata una fase de esplendor en el que el anarquismo goza de gran aceptación por parte de una clase obrera que se encuentra cercana al poder, Horna muestra una España donde la campaña de difamación contra el antifascismo iniciada por Franco necesita ser contrarrestada.
La exposición, además de establecer un diálogo entre la fotografía de Michaelis, más formalmente próxima a lo tradicional, y Horna, en quien se dejan ver las influencias visuales de la Bauhaus, cuenta con documentos y objetos históricos que pretenden acercar al espectador a la realidad del período, entre los que destaca una de las cajas rescatadas de Amsterdam o una proyección aún no documentada grabada en el mismo frente anarquista.
El matiz de tragedia histórica que esta exposición, que viajará en versión ampliada a Huesca en otoño de 2022 y a Barcelona en verano de 2023, contrasta en PhotoEspaña con el cariz «alegre» que Horacio Fernández, comisario de «Foto pública», le atribuye a esta colección de reproducciones de la revista Sunday Times o Life, que se dan la mano con álbumes de rock psicodélico y fotografías experimentales japonesas.
Un contraste con las propuestas futuristas de los artistas de «Híbridos«, que dibujan a través de sus innovaciones formales un futuro a menudo pesimista y de corte apocalíptico. EFE