EFE.- Oslo vive con consternación y el horror de los supervivientes las horas posteriores al atentado que anoche dejó dos muertos y 21 heridos en el centro de la capital noruega, que ha recibido muestras de duelo de decenas de personas ante lo que califican un «crimen de odio» contra el colectivo LGTBI+.
Jan Arild, superviviente del atentado, explica en declaraciones a EFE que estaba sentado en la terraza del pub London cuando escuchó los sonidos de bala y enseguida vio que «no era ninguna broma», por lo que se tiró al suelo e intentó refugiarse en el interior del local.
Al levantarse tras el cese del tiroteo, luego de varios minutos de caos y terror, vio cuerpos regados en el suelo, añadió el testigo, músico en la banda que tocaba anoche en el pub London, un local de referencia de la comunidad LGTBI+ en Oslo en cuyo interior y exteriores el atacante abrió fuego.
Los servicios de inteligencia noruegos (PST) consideran el tiroteo como un acto de «terrorismo islamista extremista», perpetrado en la recta final de las fiestas del Orgullo LGTBI+, al que también asisten muchos turistas nacionales y extranjeros.
El ataque se ha cometido en una ciudad repleta de banderas arcoíris -en los edificios institucionales, en las prendas de vestir, pintadas en las caras de los viandantes- y satisfecha de albergar una numerosa y colorida fiesta del Orgullo LGTBI+, como horas antes del atentado proclamaba su alcaldesa, Marianne Borgen, en una recepción a los participantes en la cumbre mundial de la verificación Global Fact 9.
El atacante, que fue arrestado cerca de la escena de los tiroteos, es un ciudadano de 42 años de nacionalidad noruega y de origen iraní, al que el PST tenía bajo su radar desde 2015 por peligro de radicalización, reveló el director en funciones del PST, Roger Berg, en rueda de prensa.
Por recomendación de las autoridades, la organización del Oslo Pride ha suspendido todos los actos que debían celebrarse hoy en la capital noruega y se ha elevado de tres a cinco (el máximo) el nivel de alerta terrorista ante el peligro de que los actos pudiesen inspirar a otras personas.