Arroyomolinos, 22 dic (EFE).- Seis agentes de Policía Nacional irrumpieron por error en la casa de una familia de Arroyomolinos, pistolas en mano y en mitad de la noche, buscando a otras personas sospechosas de algún delito relacionado con narcotráfico y que nada tenían que ver con ese domicilio.
Los hechos ocurrieron el 13 de diciembre pasado, en un domicilio de esta localidad del suroeste de la región, cuando Penélope, su marido y su hijo de 12 años fueron despertados en torno a las 7 de la mañana por «un ruido muy fuerte» y con «varios hombres encapuchados encañonándoles la cabeza».
«Ni siquiera sabíamos qué estaba pasando ni que eran policías, y fueron a la habitación de mi hijo a encañonarle también», ha denunciado en Telemadrid la propia afectada, quien insiste en que en un primer momento tanto su marido como ella pensaron que eran unos ladrones que habían entrado a robar.
Penélope asegura que los agentes encañonaron a su marido con dos pistolas, a ella con otra e incluso fueron a la habitación de su hijo de 12 años, que estaba durmiendo también, para levantarle, «encontrándose a sus dos padres encañonados» y «lógicamente muy asustado» por la situación.
«Les dije que era un error y que dejaran al niño», añade la madre, que explica que, acto seguido, preguntó por la orden de entrada de registro y alcanzó a ver que se habían equivocado de número y de bloque, algo de lo que los policías no fueron conscientes hasta «un rato después».
Penélope asegura que, una vez que se dan cuenta del error, la mayoría de los agentes se marcha, quedándose un policía que les dice que «vendrán a arreglar la puerta para poder cerrarla y que el resto lo paga el seguro», sin más disculpas por los hechos, que han sido ya remitidos al juez.
Aunque el caso está judicializado, desde la Policía Nacional han confirmado lo sucedido y aseguran que se trata de «un error nada habitual», pero que «puede pasar» en delitos relacionados con el tráfico de drogas, ya que los delincuentes juegan al despiste y a veces cambian los números en la dirección.
«Si yo en mi trabajo cometo un error así de grande, me habrían echado. Había seis personas dentro de mi casa y nadie comprobó el número al que iban a entrar de noche, no lo entiendo y es peligroso porque podríamos haber reaccionado mucho peor, por lo que sea», ha añadido Penélope.
La madre asegura que desde que ocurrió todo, su hijo, de 12 años, «está tomando Lorazepam para poder dormir» y está yendo al psicólogo, mientras que su marido también está «yendo al psiquiatra y está de baja por el trauma», además de que la casa, después de esto, les parece «insegura y cualquier ruido nos afecta».
«A mi hijo le da pánico la casa. Ayer llamaron a mi marido después de 10 días para ver si se había arreglado la puerta, pero no se preocupan de cómo está un niño de 12 años que ahora no tiene vida normal que le han encañonado con una pistola en su propia habitación», afirma Penélope, que esperan que se depuren responsabilidades. EFE