Madrid, 29 abr (EFE).- El próximo 1 de mayo se cumplirán 92 años de la primera vez que el pueblo de Madrid pudo entrar en masa a la Casa de Campo para disfrutar de este inmenso espacio verde, pero la efeméride se conmemora sin uno de los investigadores que más ha escrito sobre ella, Luis de Vicente Montoya, que murió el pasado 9 de abril como consecuencia de un accidente de tráfico en Barco de Ávila.
Investigador especializado en el parque de la Casa de Campo y en el frente de Madrid de la Guerra Civil, Luis de Vicente (Madrid, 1953) ha dejado escritas obras como ‘El Puente del Álamo Negro’, ‘La Casa de Campo, Parque Histórico’ y ‘Operación Garabitas”.
Publicó numerosos artículos en la revista del Grupo de Estudio del Frente de Madrid (Gefrema), y realizó estudios sobre jardines históricos, organizó exposiciones e impartió conferencias, todo ello fruto de una fecunda y extensa labor de investigación.
«Su compromiso con la historia y conservación del parque madrileño ha sido siempre una de las constantes de su vida», destaca Gefrema en un comunicado.
Vecino del barrio de Aluche, Luis de Vicente desarrolló su labor como docente en el instituto de enseñanza secundaria Parque Aluche hasta su jubilación.
Arquitecto y catedrático de Dibujo de Educación Secundaria, fue coordinador del Proyecto de Innovación Educativa ‘El Puente del Álamo Negro’ sobre los valores históricos de la Casa de Campo realizado en 1996 y 1997.
Miembro de la plataforma Salvemos la Casa de Campo desde 1998, dirigió esta asociación durante muchos años hasta su cese en 2020.
Participó en las reivindicaciones para la calificación de Bien de Interés Cultural de la Casa de Campo, lograda en 2010.
Entre sus temas de investigación destacan el Ataque Frontal de Madrid de noviembre de 1936, la Operación Garavitas y la Guerra Civil en el barrio de Lucero.
«La pérdida de Luis de Vicente ha sido un hecho traumático para nuestros socios, así como para un gran público que conocía su extraordinaria trayectoria y labor. Familiares, miembros de la Plataforma Salvemos la Casa de Campo a la que también pertenecía, compañeros de trabajo y un sinnúmero de personas que tenían relación con él, asistentes a sus conferencias y rutas, investigadores, miembros de la Administración, etcétera», señala Gefrema.
Socio fundador de Gefrema, con el carné número 2, fue vicepresidente de la asociación desde su fundación en noviembre de 2002 hasta 2020, año en que abandonó el cargo por problemas de salud.
«Para todos los que le conocimos y disfrutamos de su amistad, la muerte de Luis de Vicente es una pérdida irreparable. Es difícil encontrar en la vida persona más cordial, equilibrada, responsable, cercana, comprometida, investigador infatigable, amigo, persona en fin por encima de todo», añade la asociación. EFE