Madrid, 17 may (EFE).- Una investigación internacional liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) demuestra que el efecto protector de la actividad física “contrarresta parcialmente” el riesgo genético para el alzhéimer, pudiendo limitar las ventajas del deporte; aunque en algunos casos sí ayuda a retrasar el inicio de la sintomatología.
Se señala en el estudio, publicado en la revista internacional Alzheimer’s Research & Therapy, que cuando el cerebro acumula una mayor carga de amiloide y factores de inflamación, se reduce la capacidad protectora de la actividad física, “si bien no llega a eliminarse”, según recoge la UCM en una nota.
En cualquier caso, añaden los autores que parece que la actividad física sí podría contribuir a retrasar el inicio de la sintomatología clínica en individuos portadores de este factor de riesgo genético.
En concreto, los autores han integrado en un único modelo la información que relaciona ejercicio y presencia de la proteína ApoE4, un marcador genético en el alzhéimer.
La ineficiencia en el transporte de lípidos que provoca la presencia de ApoE4, unida a la sobreactivación de la respuesta inmune cerebral, limita la capacidad de la actividad física para ejercer su efecto protector en la generación de nuevas neuronas, nuevas conexiones neuronales y la reparación del daño neuronal y vascular en el cerebro.
Para llevar a cabo este estudio se ha realizado una “revisión exhaustiva” de la literatura existente sobre cómo la actividad física, y la presencia del factor de riesgo genético ApoE E4, individualmente y combinados, afectan a una serie de mecanismos moleculares implicados en la neuropatología tipo Alzheimer.
De acuerdo con lo analizado, los investigadores han integrado los resultados de décadas de investigación en un modelo teórico, con el fin de plantear la posibilidad de combinar diferentes estrategias de intervención con programas de ejercicio.
“En ausencia de una cura podemos al menos plantear la posibilidad de combinar diferentes estrategias de intervención, farmacológicas o no, con programas de ejercicio para que se potencien los beneficios de la actividad física”, destaca Alejandra García Colomo, investigadora de la UCM.
Además de la UCM, en el trabajo participan Murdoch University (Australia), y AdventHealth Research Institute (Estados Unidos). EFE