Madrid, 14 sep (EFE).- Un juzgado de lo Social de Madrid ha reconocido la incapacidad permanente absoluta de una celadora que tras la muerte de su hijo en el hospital donde ella trabajaba, desarrolló un trastorno depresivo severo que le incapacitaba para volver a su actividad laboral.
La sentencia del juzgado de lo Social número 21 de Madrid da la razón a la trabajadora frente al Instituto Nacional de la Seguridad Social que concedió a la mujer una incapacidad permanente para su profesión de celadora, pero no para ejercer labores en otros ámbitos.
Sin embargo, el informe del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Getafe subraya que el cuadro depresivo que presenta la paciente le impide desarrollar cualquier actividad laboral de forma normalizada.
El hijo de la demandante fue diagnosticado de Sarcoma de Ewing con metástasis pulmonares, una grave enfermedad que no tiene curación, por lo que fue trasladado al Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, lugar donde la celadora trabajaba de forma habitual, según explica la asociación El Defensor del Paciente, cuyo letrado Antonio Navarro tramitó el caso.
Durante el tiempo en el que estuvo ingresado, la madre desarrolló un síndrome ansioso-depresivo, que se fue agravando con el tiempo con hipotimia y tendencia al llanto, causándole sentimientos de angustia, desesperación, hastío vital, soledad y apatía.
Tras la muerte de su hijo, la mujer experimentó temor y angustia ante la idea de reincorporarse a su puesto de trabajo, el mismo hospital en el que murió su hijo, lo que le provocaba una incapacidad para retomar las actividades básicas de su vida cotidiana.
En septiembre de 2019, la Seguridad Social concedió a la mujer la incapacidad permanente total para trabajar en su profesión habitual, pero ella solicitó un informe médico que acreditó que su trastorno depresivo la incapacita para desarrollar ninguna actividad laboral pese a los apoyos psicoterapéuticos y fármacos.
La jueza cuestiona la decisión de la Seguridad Social, pues «no alcanza a comprender» en qué medida su trastorno depresivo severo impide a la mujer trabajar como celadora pero no lo hace con otra actividad laboral.
Por ese motivo, reconoce a la demandante la incapacidad permanente en grato total, derivada de una enfermedad común, con una base reguladora de 1.264,93 euros de prestación.
La sentencia es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). EFE